Nada viene y nada va
Es así, en los mejores momentos siempre hay algo de
melancolía, se extraña, se piensa en que quizás podría haber más y en los
peores, no importa que, siempre nos encontraremos con algo de felicidad por las
personas o por un motivo. El problema no es estar solo, el problema es esperar
de los demás tanto, es mejor sorprendernos a decepcionarnos.
Pocas veces le
damos el verdadero valor a la soledad, la mayoría de las veces cuando nos
encontramos con ella, la vemos como enemiga, cuando deberíamos apreciar lo que
trae consigo. Creemos que la soledad trae tristeza, dolor y malestar, puede ser
así pero hay que aceptar que con ella también viene el aprender a conocer esas
particularidades de nosotros que no apreciamos cuando nos encontramos
acompañados.
Estar solo de vez en cuando no es malo, hace que te
conozcas, es darnos nuestro tiempo de querernos, de buscar quien eres y que es
lo que quieres en tu vida, reconocer errores y aceptar cada una de las virtudes
que tenemos. Hay que saber encontrarse después de perderse. Siempre existirá
alguien o algo que te alegrara esos días en los que nada te viene y nada te va,
estar abiertos a nuevas personas y nuevas experiencias. Salir y despejar tu
mente es lo mejor, hablar con uno mismo y sincerarse sobre todo lo que hay y lo
que quieres. Es cierto que quizás da nostalgia estar solo pero nada que no se
solucione haciendo lo que te gusta ¿no?
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